viernes

#10: Comunismo

#No son tiempos de charanga y pandereta así que esta entrada es la última hasta el solsticio. En algún momento volveré con energías renovadas, pero no ahora. Gracias por su paciencia.

#El simulacro de hoy: comunismo. 
Sé que rompe la tónica del B&N en el blog, pero es demasiado follamentes como para no ponerla.

#Como alternativas al capitalismo -alternativas con una hermenéutica sólida, me refiero- barajaba el anarquismo y el comunismo: pero al buscar un poco vi que el anarquismo es un buffet libre con una variedad que me perdía bastante. Así que he tirado de la hoz y el martillo, que gráficamente siempre me han gustado, aunque la estética nazi sigue ganando. A lo que vamos: si aún no lo has hecho ya, baja el scroll y deja de atormentarte con el gif de arriba o acabarás viendo el campechano bigote de Stalin por las paredes. #Fuentes#

Nos encontramos sumidos en una de las crisis periódicas del capitalismo, ya predichas por Marx, que tira repetidamente de la venda en los ojos del pueblo para mostrar que aparte de ser un sistema injusto por principios, es insostenible por todos lados: tanto en la moral como en lo social, en lo ecológico, y hasta en lo económico, cuando se supone que es en este campo donde ostenta su mayor ventaja. El capitalismo ha sido astutamente tejido por la burguesía liberal para seducir y diezmar al pueblo como una flamante prostituta con sífilis. Bajo los destellos del sueño prometido truena una maquinaria que se alimenta de los caídos, cuyas cenizas se esconden debajo de la alfombra roja (la de los Oscar, digo. El rojo es bonito, el capitalismo no).

El capitalismo tiene una serie de errores de base. Para empezar, la premisa de los recursos ilimitados. El bienestar de un pueblo se mide a partir de la riqueza generada, sin contar cómo se administran los recursos, dándose la paradoja por ejemplo de que un desastre natural aumente el PIB por el aumento de recursos invertidos en solucionarlo. Va siendo hora de incluir también en el cómputo lo que no se paga, pero se agota. Igual que la paciencia del pueblo ante la opresión selectiva: ya no es que se trate de un problema moral, que lo es, sino de una imprudencia de la clase dirigente, al ser incapaz de resolver la crisis mientras se caldean los ánimos.


"¡Mirad! ¡Ahí queda un árbol sin privatizar, y mi retroexcavadora lo ha visto primero!"

El sistema actual se fundamenta sobre un razonamiento circular. La belleza de los círculos, que representan a Dios y a los argumentos que no se sostienen (perdón por la redundancia). Veamos. El capital, el alfa y el omega, genera un crecimiento económico, sólo sostenible a partir del consumo innecesario sostenido por la publicidad; este crecimiento se alimenta de la explotación del pueblo, a quien se le paga con la posibilidad de participar justamente alimentando el consumo y con la ilusión de que a través de este proceso se puede acceder al capital. Un fantástico negocio de humo donde al final todo el dinero está amaestrado para volver con sus dueños, confabulados entre políticos y empresarios para enriquecerse a expensas del proletariado, que ve cómo se reducen sus derechos en honor a la "libertad".

La libertad, ese bonito concepto tan tergiversado. Libertad no es que porque tus padres hayan podido pagarte una carrera en Harvard, tengas todo el derecho a creerte mejor al que nació en el extrarradio. Libertad no es que puedas contar con un médico sólo si has tenido éxito profesional. Libertad no es promover que todos caigan en un prometedor embuste para luego apartar el velo de la especulación y que en un alarde de prestidigitador, todo el dinero haya desaparecido. La verdadera libertad no es sin la igualdad: libres de ser personas en las mismas condiciones, de gozar de los mismos derechos, y de no vivir con miedo a que de repente a la diosa invisible de los mercados le venga la regla y nos vayamos todos a pique.

Todo nos indica, desde hace siglos, que tenemos que cambiar, que los valores que tenemos no nos sirven. Vivir con el irreal objetivo de tener una mansión con piscina, un coche cuyo absurdamente inflado precio justifique su propia adquisición; aparatitos de la manzana, y una esposa conservada al bisturí, aparte de ser terriblemente triste y deshumanizante, nos lleva al caos. La justicia, la igualdad, la cultura: únicamente estos valores, beneficiosos y renovables, deben ser el motor de una sociedad funcional. El proletariado necesita hacerse consciente de su situación y luchar, ya que ha quedado patente que el diálogo no basta. Únicamente derribando los obstáculos persistentes por la fuerza podremos alcanzar la sociedad que nos permita ser lo suficientemente humanos como para, iguales e inalienados, desarrollarnos como personas.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

lunes

#09: Capitalismo

#El simulacro de hoy: capitalismo.




#De nuevo al escribir el título del tema, me asalta el dilema entre términos parecidos que me obligan, como primer trabajo, a clarificarme la diferencia y decidir por cuál me decanto. Me gustó más capitalismo que liberalismo económico por las connotaciones más demonizadas que conlleva: el liberalismo, aunque tiene la chicha teórica de la que principalmente hablo, como le preguntes a cualquiera por la calle igual le suena a comuna hippie y libres domingos y domingas. #Fuentes#


Si algo ha deseado siempre el hombre más allá de sus meras necesidades y pulsiones, es ser libre. Libre de pensar y de obrar sin ser coartado, libre de llegar donde su capacidad le permita y que nadie le arrebate lo que sus méritos le den. Algo tan básico como esto, gran logro de la historia contemporánea, todavía no es asimilado globalmente y hay resquicios en los que aún se aboga por la producción de personas en serie, cortadas sus alas por el mismo y sangriento rasero de la afilada hoz.

Calaveras, humanos, qué más da, mientras sean todos iguales.
El derecho a ser "libres e iguales" es alienado y tergiversado. Igualdad no significa igualitarismo: no se puede dar un puesto de responsabilidad a quien no es capaz, lo que sí se puede es darle posibilidad de aspirar a ello en igualdad de condiciones, y que gane el mejor. Basta del gobierno de los inútiles: basta de las quejas atendidas de los incapaces y los perezosos. El éxito no está hecho para los ineptos sino para los que brillan, ya que son los que nos beneficiarán a todos.

Lógicamente, no todo el mundo puede aspirar al éxito. Por definición, se concentra en pocas manos: al menos, el capitalismo basado en el liberalismo asegura que esas manos que lo sostengan han sido las más capaces, las que han sido capaces de vencer y mantenerse. El resto mantendrán el equilibrio con su trabajo: pero en todo momento seguirán siendo libres de soñar con el éxito, siendo ese sueño logrado a través del esfuerzo el combustible de la gloriosa maquinaria. Máquina que en lugar de funcionar con miedo (a Dios, a la ley, a la guerra...), funciona con ilusión: ¿cómo podría ser mejor?

Además, incluso los que se oponen al capitalismo aprecian su capacidad de potenciar el talento. La fama, la riqueza y todo lo que, cada vez más, se puede comprar con ellas son el premio a las trayectorias brillantes. El miedo no funciona, la uniformidad no funciona: es imposible despertar el talento si no hay motivación, si no se promete un sueño de llegar a la cúspide, presenciando un continuo desfile de tantos que gracias únicamente a su trabajo han conseguido colocarse por encima de la mediocridad.


Hasta los perretes son felices en el sueño americano.

Otro gran avance del capitalismo es la globalidad: un mayor mercado de competencia permite un mayor rango de libertad y mayores cotas de éxito. La situación actual de aldea global interconectada ha sido exclusivamente originada por el capitalismo. El progreso y crecimiento acelerados por la promesa del éxito y la necesidad de ampliar los horizontes nos han llevado a esta situación en la que henos podido aproximarnos, unirnos, empatizar con los confines del mundo: sentimos, por primera vez, que la humanidad es una, grande, y libre.

Basta de ataques gratuitos a un sistema que sólo nos ha traído progresos, avances, mejoras; basta de culparlo de una situación generada únicamente por la incompetencia, precisamente contraria a él. La libertad es una condición inalienable y luchar por ella hasta las últimas consecuencias es la única garantía de prosperidad y ensalzamiento de la condición humana.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

viernes

#08: Feminismo

#El simulacro de hoy: femin(az)ismo.


No sé quién es esta sonriente señora, pero me gusta como portada.
#El feminismo -no el que supone búsqueda de igualdad, sino en el sentido estricto- me parece una idea igual de estúpida que el machismo porque al fin y al cabo están hechos de la misma pasta - y quizá por eso, por lo parecido de los extremos y la falta de chicha que los enfrente con un diálogo interesante, me desmotivé en el proceso de generar este texto. Perdón a mi único lector por tardar tanto en responder al machismo. # Fuentes #

Qué entrañables son los hombres que aluden al evolutivismo para afirmar la supremacía del macho. Dan ganas de darle una palmadita en la espalda o, para ser más explicativos, una patada en las gónadas, mientras les dices, con amor, que si nos ponemos en términos biológicos y evolutivos la única que tiene valor es la mujer y el hombre solamente es un portador de eso que le acabas de patear. Una vez cumplen la función de la reproducción, una hembra lo suficientemente válida es capaz de criar a los hijos por sí misma; otra cosa es que alguna vez que otra hayan echado una mano y que les hayamos cogido cariño a las bolsas de semen con extremidades, por eso siguen ahí.

Lo único con lo que cuenta el hombre de lo que carece la mujer es un pene. Fuera de los caracteres sexuales, prácticamente todas las presuntas diferencias entre géneros son irrelevantes a efectos prácticos, o directamente inventadas, originadas y cultivadas por el acervo cultural que se nos mete en la cabeza desde que nos incorporamos a la sociedad: el único momento en el que somos libres es en el ratito entre que nacemos y se nos ponen los primeros patucos rosa. Ahí empieza la violencia sesgada hacia nosotras, abanderada por ese color del infierno, que viste cocinitas, Nenucos y Barbies mientras nuestros compañeros juegan con coloridas y estimulantes máquinas, mecanos, juegos de construcción.


¿Cómo demonios vamos a desarrollar visión espacial jugando a esta mierda?
Pero aun en esa situación, hemos demostrado que somos más fuertes. Hemos luchado en cuanto hemos tenido oportunidad, por nuestros derechos, por nuestras capacidades, hasta que ellos se han dado cuenta de que les merece más la pena no dejarnos a un lado. Una mujer, aún hoy, tiene que demostrar ser mucho mejor que un hombre para llegar al mismo puesto. Pero eso debe acabarse ya: ya sabemos lo que valemos, no nos arrastremos más aguantando montones de imposiciones absurdas, sádicas y presuntamente "femeninas" ante quienes no merecen nuestra sumisión, sino al contrario.


El ser humano está bastante mal organizado en cuanto al lugar del macho: los animales realmente gregarios, como las hormigas y las abejas, funcionan perfectamente porque sólo hay unos pocos machos y únicamente para la reproducción. ¿De qué nos sirve ya cohabitar con criaturas salvajemente dominadas por sus pulsiones sexuales - al fin y al cabo, reproducirse era su única misión -, menor resistencia a las enfermedades, menor tolerancia al dolor y más baja esperanza de vida? Hoy en día la técnica ya permite librarnos en gran medida de la dependencia de ellos para tener hijos, y sigue avanzando. Lo único que nos frena es el coste económico y la dependencia emocional, que todavía por desgracia algunas tienen de los hombres. Lo primero es cuestión de tiempo; y lo segundo, nada que no se pudiera solucionar, como la mayoría de nuestros problemas, con una educación no coercitiva hacia el rol de princesita y pareja de cuento de hadas.


Había ilustraciones aún mejores, pero no para todos los públicos.
No necesitamos a los hombres. Podemos ocupar cualquier puesto: ni nos hace falta su fuerza -las máquinas ya solventan los problemas de fuerza bruta-, ni su presunta "inteligencia" -con el tiempo hemos demostrado que somos iguales o mejores, en la universidad ya hay más mujeres que hombres-; conforme avancen los acontecimientos, comprobaremos que tampoco necesitamos su compañía y, en un futuro, quizá ni su semen. Su pene desde luego que no, hasta el reino vegetal nos da soluciones. Así que mujer, si aún no puedes enamorarte de una igual, enamórate mejor de un consolador. Te será más fiel, te dará menos problemas y seguro que mejores alegrías. Entretanto, no te dejes avasallar por la omnipresente dictadura del falo y lucha, por el lugar que te corresponde.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

miércoles

#07: Machismo

#El simulacro de hoy: machismo.


¿Alguien ha visto alguna vez procesionar un clítoris? ¿No, verdad? Pues eso.
#Machismo, sexismo, patriarcado: diferentes nombres que al final vienen a significar lo mismo, "aquí manda mi polla". El machismo puede ser la ideología tóxica que más me ha irritado a lo largo de mi vida, probablemente porque es con la que más me he topado; de cualquier forma, ese odio visceral se ha ido enfriando con el tiempo conforme me he ido desmarcando tanto de la furia feminazi como de los tópicos femeninos. Además, tengo parte del trabajo hecho con el fanatismo, así que me voy a permitir sacar falos y falacias en procesión y tomármelo con humor. # Fuentes #

El Hombre es un animal social. Una de las ventajas de esa característica es la eficiencia conseguida por la especialización de sus miembros, ya que el reparto de tareas según las capacidades permite la optimización del esfuerzo y un mayor rendimiento como grupo si todo está perfectamente coordinado. Por desgracia hoy en día la absurda moda del igualitarismo está haciendo temblar todo este equilibrio conseguido con esfuerzo, ya que la mujer está intentando colocarse en el papel del hombre: y lo que es peor, se le está consintiendo.
Nada más que decir, maestro.
El hecho de que durante miles de años y en casi la totalidad de las culturas la mujer haya estado supeditada al hombre no es una casualidad. Aunque el resto de sus capacidades sean cuestionables, de forma inherente la mujer lleva consigo el tesoro biológico de la reproducción. Sólo la mujer puede parir a sus hijos, sólo ella puede de forma natural amamantarlos y, por selección natural y por la prosperidad de su descendencia, está adaptada para ser su óptima criadora. Esto tiene varias implicaciones: la primera, que está hecha para dedicarse enteramente a sus hijos; la segunda, que las especializaciones para resolver problemas fuera del hogar han sido desarrolladas por el hombre, y no por la mujer.

No hay que rebuscar en estadísticas, simplemente fijarse en las mujeres que conozcas para darte cuenta de las diferencias de personalidad: dada la necesidad del afecto por los hijos, se guían más por las emociones y su "intuición femenina" que por la razón, los problemas lógicos y espaciales les suponen un reto casi imposible pero en cambio, son más capaces de manipular a los demás, emocionarse o enfadarse fácilmente y criticar hasta a sus mejores amigas. Es una insensatez dejar un cargo de responsabilidad en manos de una mujer, que además de que es improbable que tenga las capacidades cognitivas necesarias, está expuesta a altibajos emocionales en sus periódicos vaivenes hormonales, exponiéndose a un grave peligro durante una semana al mes todo aquello de lo que se responsabilice.

En cambio, el hombre es un ser estable, sensato: sin necesidad de contundentes adaptaciones para la fecundación como el ensanchamiento de caderas para el parto, que no se adapta bien al caminar erguido; o como los ciclos hormonales. Con una gran necesidad de adaptarse al entorno y buscar la supervivencia de su familia mientras su mujer permanece con la prole, el hombre ha devenido en un producto depurado de la inteligencia. No hay más que ver las estadísticas de las carreras de ciencias puras: ínfima proporción de mujeres, de las cuales la única razón de estar ahí, como en la universidad en general, es encontrar allí a un hombre con buenas proyecciones que pueda mantenerlas. 


Si no renuncian a los tacones en las bibliotecas
es porque los libros no son más que un complemento estético.
El peligro de dejar a la mujer entretenerse con unos estudios, producto del capricho de algunos hombres de tener una compañera con la que hablar de temas diferentes a los del hogar, es que por ello se ha creído en igualdad de condiciones. Se ha creído con la misma capacidad de razonar y habilidades del hombre, a pesar de que la estadística y la ínfima presencia de la mujer en la historia de la ciencia demuestran lo contrario. Y lo que es peor, se ha creído con derecho a dejar de lado su lugar en el hogar, la educación de sus hijos -abandonada en manos de criadas o profesores que ya bastantes problemas tienen- o incluso la propia posibilidad de tenerlos, condenándonos con una violencia mucho más sutil que la "violencia de género" a extinguirnos, frente a otras culturas florecientes en las que la mujer sigue estando supeditada.

Mujer, (te lo pongo fácil, enlazo la definición a las palabras complicadas): si estás leyendo esto desde la cocina, tómatelo como un himno que ensalza tu valor y tu importancia en el equipo de la familia, en el equipo de los tuyos, y profesa con esmero y con orgullo tu papel para tu hombre y para todos, dejándote guiar por él. (Fin de tu parte, mujer; vuelve a tus quehaceres). Hombre: no te dejes avasallar por las manipulaciones de mujeres que ansían el poder a toda costa, porque ni siquiera saben bien qué es lo que significa. Demuestra tu hombría y tu fuerza, impón tu lugar sobre  la que por derecho sea Tu mujer y reclama el trono que nunca debiste perder, que nunca debimos descuidar todos los Hombres sobre la Tierra para seguir avanzando firmes.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

domingo

#06: Especismo

#El simulacro de hoy: especismo.
"¡Sacrificadme!" ¿Quién le dice que no a este adorable conejete?
#Hoy, defiendo el "especismo" por nombrar de alguna forma la idea opuesta a la última. Debo admitir que aunque para el anterior me dolió el alma al decir que la comida vegetariana no tiene nada que envidiar en sabor (de hecho no pude evitar algún sarcasmo), la última apología me resultó bastante convincente, y me he tenido que esforzar para diseñar la base argumental de ésta con un balance entre ser persuasiva y divertirme llevándolo al extremo de vez en cuando. # Fuentes #

Hay veces en que se nos olvida quiénes somos, cómo hemos llegado hasta aquí y cómo nos seguimos manteniendo. Hemos alcanzado nuestro trono pisando las cabezas de los demás, sobreviviendo a dificultades, enfermedades, amenazas que hemos erradicado sin piedad y si no lo hubiéramos hecho, probablemente ya nos habríamos extinguido. Para sobrevivir tenemos que trazar una línea entre lo que somos nosotros y lo que no, y defendernos de lo que está fuera. No nos podemos permitir una piedad universal sobre todas las criaturas: ¿a alguien le apetece que le coman las ratas? La división entre lo que aceptamos o no como igual no es universal, y es un error creerse superior e imponer una determinada línea sobre los demás a cualquier precio, generalmente de la forma más molesta posible y odiando al resto de la humanidad; así se comportan los activistas veganos.

Lo único que está claro es el límite entre los humanos y los que no lo son. Los humanos tenemos razonamiento, sensibilidad, capacidad analítica con puntos necesariamente comunes. Si empezamos a debatir sobre similitudes, grado de evolución de la capacidad nerviosa, sentimientos y emociones... no llegamos a ninguna parte, no podemos ser un conejo durante un ratito para saber si siente como nosotros: la empatía es subjetiva, podemos "ver" sentimientos en una conducta instintiva de la misma manera que "vemos" una cara en tres trazos dibujados.


¿Vas a reciclar este folio? ¡MONSTRUO! ¡El monigote también tiene derechos!

La distinción que muchos hacen normalmente es la del reino animal (a lo que también podríamos preguntarnos qué pasa con los derechos de los pobres vegetales, organismos unicelulares y hongos... ¿¡Es que nadie piensa en las pobres setas?!). Pero tenemos poderosas razones para no dejar de lado el control sobre el reino animal, aparte de por la amenaza que puede suponer, por el consumo. El ser humano fisiológicamente es omnívoro, por mucho que los veganos se empeñen en lo contrario; fue fundamental el consumo de carne en nuestra evolución y aún hoy en día prescindir de ella conlleva necesidad de suplementos artificiales o alimentos manipulados, caros y con disponibilidad geográfica condicionada. Los médicos saben de las carencias que conlleva (difícil absorción de vitaminas tipo B, calcio, hierro...) y desaconsejan la dieta vegetariana, especialmente en situaciones delicadas como infancia, embarazo, lactancia, etc.

Además, los suplementos y alimentos exóticos que acompañan la dieta vegana tienen un coste extra, no sólo económico, sino también ambiental. En general, todo cultivo artificial tiene un impacto, y también sobre los queridos animalitos. El vegano que disfruta de su aromática hamburguesa de tofu satisfecho de que no venga de un sacrificio bovino, probablemente no piensa en que la plantación para producirlo y los sistemas para procesarlo y transportarlo conllevan la destrucción del hábitat y la muerte de multitud de insectos, reptiles, roedores y demás criaturas con ojitos que podrían amenazar la producción de las plantas que consumen. ¿Qué tiene menos impacto sobre el ecosistema, comer derivado de soja importada de Brasil o un filete de pollo criado por tu abuela en el pueblo?

Este ratoncito murió salvajemente atropellado por un camión 
que transportaba soja. ¡VEGANOS DESPIADADOS!

He dejado para el final el argumento más efectivo de todos porque por desgracia, pierde fuerza al no poder mostrar en persona al lector el aroma y el sabor de un exquisito filete de carne de calidad, hecha al punto y bien sazonada: en tal caso, me habría ahorrado el discurso. Algo dentro de nosotros claramente nos dice que lo natural es consumir carne; o lo grita a los cuatro vientos, según el hambre y la calidad de lo cocinado.

Dejémonos de tonterías impuestas y predicadas orgullosamente por recientes conversos de la soja y la alfalfa, que ni siquiera han evaluado realmente las consecuencias de su estilo de vida. No nos aporta nada tener una hipersensibilidad sin un fundamento sólido, que nos complica la vida y nos perjudica de forma innecesaria: pensemos realmente en qué somos y qué necesitamos y seamos consecuentes con ello. Sostener y mejorar el control sobre el reino animal supone dominar lo que nos amenaza y lo que nos sustenta, y es fundamental para mantener nuestro lugar en el mundo.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.


Krysia

miércoles

#05: Veganismo

#El simulacro de hoy: veganismo.
Os amo a todos y no como nada que arroje sombra.
#El tema de hoy se me hace especialmente difícil porque aunque me encantan los animalitos y esas cosas me gusta más un filete que a un moderno un frapuccino. De hecho, he tenido que documentarme en alguna que otra fuente - que aviso, no me he molestado en contrastar porque me suena más o menos el orden de magnitud de alguno de los datos, y no me voy a quebrar tanto la cabeza para esto. #


El señor Darwin aún es vilipendiado por mucha gente porque nos enseñó una lección de humildad muy grande; tan grande, que no todo el mundo ha sido capaz de asimilarla. La lección, en resumidas cuentas nos viene a decir algo así como "quién te has creído tú que eres, que has seguido el mismo camino que el resto de criaturas sobre la Tierra, no eres más que un chimpancé pelado". Pese a que la civilización global ya ha asumido esa premisa, ha sido incapaz de ser coherente sobre ella. Tantos siglos de enseñanza sobre la ética y la moral y no hemos sido capaces como sociedad de tratar como iguales a criaturas que sabemos equivalentes en origen, que sienten placer y dolor y buscan cariño como nosotros, y algunas que incluso muestran inteligencia hasta más que algunas personas.

Algunos trazan una línea en la capacidad de razonar para calificar como inferiores al resto de especies, como si supieran cómo funciona el fuero interno del pobre corderillo que devoran en las fiestas. Es un poco arrogante, por no decir creerse Dios, ser juez y verdugo de estas criaturas siendo incapaces de conocerlas realmente, de saber qué sienten. Se ha comparado la inteligencia de varias especies animales con la de infantes de corta edad, pero los infantes no nos los comemos, ni los usamos sin pudor para crueles experimentos, ni les arrancamos la piel para hacer suaves abrigos de culito de bebé ¿no?


¡Ay que me lo como! Total, si ni siquiera sabe contar.
Además, somos todos incapaces de comernos a nuestras mascotas. En las civilizaciones donde el perro es animal del hogar, servirlo como comida es un acto atroz cuya indiferencia es digna de un positivo en test de Voight-Kampff. Vamos, que este animal me lo como porque me es indiferente, pero éste no porque me cae bien. ¡Viva la coherencia! ¿En serio hemos tenido tantos siglos de elaboración de la ética y el uso de la razón para mantener vigentes estos principios? Lo peor es que lo sabemos pero hacemos la vista gorda. La mayoría se comen un corderito asado con mucho gusto, pero se desvanecen si ven matarlo y mucho menos son capaces de matarlo ellos mismos; y sin darse cuenta de que quizá hay algo que falle en esa lógica, que el fin no justifica los medios. 

Especialmente hoy en día que hay alternativas de sobra. Incluso sin contar los suplementos dietéticos, hay opciones de sobra en el mundo vegetal para suplir los nutrientes que la carne proporciona: legumbres, tofu... Respecto del sabor, para gustos colores; hay infinidad de restaurantes especializados y recetas exquisitas elaboradas únicamente con vegetales, y más ahora con internet y todo al alcance de nuestra mano: el problema es el prejuicio de que significa comer insípido césped toda tu vida. Nada más lejos de la realidad, los brotes de alfalfa son exquisitos. Ser vegetariano no es una penitencia, y cada vez menos, ya que es una tendencia cuya aceptación es creciente, con número de adeptos e ideas nuevas en aumento.


Homer Simpson contemplando el menú de un buen restaurante vegetariano.
Lo mismo que con la comida sucede con la ropa, donde hay cada vez más materiales sin procedencia animal igualmente eficaces. Pero es que ya no se trata únicamente de empatía con el animal, sino de optimización de los recursos. Para 1 kg de carne bovina, por ejemplo, hace falta desechar 15 kg de pienso. Así, por ejemplo, una hectárea de terreno cultivado con espinacas puede llegar a producir hasta veinte veces más proteínas de las que nos podría suministrar una vaca que se alimentara de ella. Incluso obviando la reducción de dióxido de carbono, cualquier producto animal tiene un impacto ecológico mayor y un rendimiento menor que un producto vegetal, por la simple razón de que tiene que perder la energía correspondiente a pasar por un eslabón más de la cadena alimentaria. 

Empatía, ética, coherencia, eficiencia: cualquier argumento es válido para optar por el estilo de vida vegano. Las únicas razones posibles para rechazarlo son el desconocimiento y la desidia: habiendo opciones para evitarla, continuar una actitud que sabemos reprobable nos convierte en seres infames. No deberíamos dejar que esto continúe. Luchemos por el respeto hacia las demás especies animales y por la coherencia ética y moral: es el amor y la empatía hacia los animales, y no imponer un sometimiento caprichoso y violento sobre ellos, lo que nos hace realmente humanos.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.

Krysia

lunes

#04: Futurismo



#El simulacro de hoy: futurismo.



#Aunque el ludismo es más contundente y más divertido (todo lo que lleva a quemar cosas es más entretenido) por las reglas del juego ahora me toca lo contrario, así que hoy tengo que defender la máquina a ultranza. Conforme voy avanzando en esto cada vez me voy dando cuenta de que primero, todos los puntos de vista tienen un origen, y segundo, que las falacias son unos versátiles maniquíes que se pueden vestir con el traje más apropiado para la ocasión. Y eso que prácticamente no me he documentado con antelación para cada tema. Quizá algún día me lo prepare mejor. #

Estás leyendo este breve ensayo en un artefacto que, al margen de su modalidad, versión y estatus social otorgado, tiene un gran trabajo y un imponente equipo detrás, y que es resultado de la evolución de una larga lista de avances a lo largo del tiempo. Piensa en cómo sería tu vida sin este aparatito: para ello no tienes que imaginar situaciones desconocidas, sólo irte pocos años atrás. Seguramente habrás recordado el sinfín de nuevas posibilidades interesantes que te abrió, que te sigue abriendo cada día si rebuscas entre las trescientas aplicaciones chorrada diarias, y que antes desconocías.

El progreso no sólo sirve para inmolar pajaritos cabreados. Desde nuestros orígenes la técnica nos ha facilitado las cosas y nos ha permitido superarnos día a día, ampliando nuestros horizontes. El rechazo a la tecnología es una opinión personal válida como cualquier otra: pero, ¿realmente son conscientes de lo que se pierden? Tener fe en la tecnología es mantener una ilusión constante. Toda la eternidad soñó el ser humano con pisar la luna y ahora para nosotros es historia, es un escalón que ya quedó atrás hace mucho: pero los sueños no se agotan. Cada día se descubre algo nuevo, misterios antes ocultos, piezas que faltan del puzzle de la concepción del mundo: y todo esto lo logramos a partir de la evolución tecnológica. A partir de la investigación en la técnica, y del control mecanizado de todo lo que se produce: y como efectos de esa investigación, más allá del avance científico, aparecen multitud de nuevos agentes que hacen nuestra vida más sencilla y a la vez más interesante. Por ejemplo, cuántas generaciones habrían dado cualquier cosa por tener al alcance de su mano prácticamente todo el conocimiento mundial. Desde las mentes inquietas hasta los que se conforman con una sesión de porno de vez en cuando, para todos es un monumental avance la revolución informática.

Por raro que seas, encontrarás algo de tu gusto en Internet.

El uso de los avances es ya una cuestión individual, libertad de la persona el elegir su propio camino. Pese a los problemas que eso puede entrañar, el propio progreso, bien dirigido, permite modularse a sí mismo, generar mecanismos de control: el método científico y su ética están claramente definidos, y por la propia sostenibilidad del sistema, los procedimientos están controlados. Por la creciente formación de los técnicos, el sistema ofrece garantías de que cualquier error se subsana rápido: y más ahora, con una creciente comunidad de usuarios capaces y compromentidos con colaborar en el desarrollo. No es difícil ver que cada vez más se tiene en cuenta el feedback en la elaboración de los productos, los límites entre fabricante y usuario se deslindan cada vez más.

Esto mismo nos une como grupo humano, nos hace funcionar de forma global como una máquina bien engrasada, ya que el sistema productivo es la sociedad al conjunto. La sociedad identifica como méritos conjuntos los avances de los productos de la industria, se congrega en torno a sus formas de consumo, identificando y uniendo individuos con intereses comunes: y por eso la religión cada vez es menos relevante. El carácter gregario antes generado por la religión ahora se produce por identificación con Apple o Windows, con los diferentes estilos de ropa y gafas de pasta, con los distintos tipos de música de moda... Productos que, al contrario de la religión, están sometidos a evolución, mejora y redefinición constante, dando a la sociedad una ventaja de mutabilidad y adaptabilidad a los constantes cambios: y además, son opciones fuertemente relacionadas entre ellas, con lo que la confrontación es mucho más fructífera que los diálogos entre religiones, al menos en el caso general.

Esta imagen ha hecho más por la paz mundial que muchos discursos del Papa.

La humanidad no puede quedarse estancada. Debemos crecer, mejorarnos, superarnos. La superación el mejor reto y la mayor satisfacción que podemos lograr: ser más rápidos, más fuertes, más eficaces y luchar siempre por rescatar a la princesa aunque al final esté en otro castillo. Optimizarnos para funcionar mejor subsanando los fallos. Unirnos para lograr el progreso más rápido entre todos, y repartir los beneficios de este trabajo en equipo en una vida más rica, que no sólo nos dé smartphones con pantallas más grandes sino también nuevos retos que nos motiven. Por eso la tecnología es una parte esencial en nuestras vidas. Colaboremos y veneremos cada pequeña pieza de este avance, que nos acerca cada día al futuro que siempre habíamos soñado.

#Haya paz, esto es sólo un simulacro.

Krysia